
Había soñado tantas noches con ese momento que no terminaba de creerme que la tuviera delante. Mis manos palparon nerviosamente su cara, temblando. Su sonrisa era aún más bonita de lo que jamás pudiera haberme imaginado. Ya lo intuía, me lo repetía mil veces en mi caricia, pero fue cuando la abracé, cuando la tuve por fin en mis brazos cuando realmente pensé 'solo por esto, ha valido la pena'.



0 comentarios:
Publicar un comentario
Dame fuerzas, Libertad, para hacer uso de tí con moderación y esmero. Dame ánimos, Verdad, para abanderarte hasta en tu último proyecto.