Desde hace varios años soy insomne. No porque quiera, si no porque me da miedo dormir. Parece una gilipollez, pero mi mente puede crear imágenes tan retorcidas que no se las desearía ni a mis peores enemigos. Muchas noches despierto en llantos. Esa es una de las razones por la que me cuesta aún mucho más dormir cuando estoy con alguien.
Es una muestra de confianza por mi parte el hecho de que yo me duerma con otra persona cerca. Ni es por vergüenza ni es por consideración. Es una simple defensa.
Después de una de esas pesadillas son, seguramente, en los momentos que me siento más vulnerable. Perdida y fácil de herir. Es como si mi cerebro perdiera el rumbo sobre quien es y que es lo que hago. Como si fuera una niña pequeña que necesita consuelo.
Hoy me han recordado el proque me mantengo en vigilia cuando tengo compañía. Creo que debería estar enfadada... pero realmente no encuentro ese sentimiento dentro mí. Puede que más entrada la mañana lo haga, pero ahora solo me invade la decepción. La tristeza, más bien.
Cada palo lleva su lección, y cada decepción acaba arrancando un poco de ilusión a todo el mundo. Por suerte yo soy de esas que parece ser un pozo sin fondo de alegría.
29/6/11
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)



0 comentarios:
Publicar un comentario
Dame fuerzas, Libertad, para hacer uso de tí con moderación y esmero. Dame ánimos, Verdad, para abanderarte hasta en tu último proyecto.