Una madre te defenderá de todo. Luchará por tí, con uñas y dientes. Con garras, aunque no tenga.
Se partirá la cara y el alma cada día por sus hijos. Por ver su sonrisa. Una madre quiere a sus retoños más que a ella misma. Más que a cualquier cosa. Antepone las necesidades de sus criaturillas a sus deseos, sus anhelos, sus sueños.
La mía siempre dice que 'traer un hijo al mundo es lo más maravilloso que puede hacer una mujer' y 'al igual que te duele cualquier dedo de la mano que te corten, te duele que le pase algo a cualquiera de tus hijos'.
A veces me pregunto, pues, si a mí me considerará realmente su hija.
Hay madres que no protegen, que no miman y ni acarician. Esas madres frías y distantes que todo el mundo ve alguna vez en la suya propia. Ese tipo de madre que no viene a preguntarte como estás, si no que exige de tí que tú estés pendiente a como está ella. Que no valora la sonrisa de su hijo como lo que es, un regalo.
Quizás no es queriendo. Si no por simple descuido o incapacidad. Hay gente realmente incapaz de demostrar amor.
Yo digo que mi madre crío una superviviente. Una persona que diferencia la vida de los sueños. Los cuentos de la realidad. Crío a una chica que entiende que la vida se refleja tanto en el dolor como en la felicidad. Y, aún sedienta de amor,valora más, quiza, un abrazo o una caricia.
En estos momentos he de darle las gracias por no haberme convertido en un ser mimado y egocéntrico. En una niña de mamá. Pero aún así...
No te haces una idea, mamá, de lo que daría a veces por un abrazo tuyo.
11/3/11
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Dame fuerzas, Libertad, para hacer uso de tí con moderación y esmero. Dame ánimos, Verdad, para abanderarte hasta en tu último proyecto.