Viernes noche.

Estoy over, soy pro, grande, maravilosa y genial. Y sí, he bebido y tengo el ego subido.
Hago de Celestina, y no me importa seguir picando a esas dos amigas que se estan liando mientras yo me río, entre calada y calada de cachimba. Soy feliz, no me importa nada. No tengo miedo, no tengo dudas. No echo de menos a nada ni a nadie.
Sé que es pasajero, y que mañana me despertaré acordandome de todos de mis ancestros y, seguramente, de todos mis problemas con energías renovadas. Pero ahora no, por un momento soy libre, feliz e inocente.
No existen problemas para mi, ni adversidades. No existen cosas malas. Solo mi risa, mi risa mezclada con algún buche mal dado de alcohol. Con alguna calada de esa quemada cachimba que se ahoga entre comentarios sin sentido que ahora me parecen graciosos.
Lo importante es que ahora me siento bien, y he de aprovecharlo.